No hay nada como tener una cita con unos americanos con el síndrome de abstinencia. Y es que Anthrax son muy activos en sus redes sociales y estar 3 días sin internet es suficiente para generarles un mono importante. Ni una suculenta paella valenciana para merendar frenaba el desasosiego que llevaban con los móviles y sus mac en busca de mensajes, contacto con su familia y tener al día las RRSS de la banda que les da a comer casi 30 años.
Con más de 2 horas de retraso e inyectada su dosis de internet se presentaron a la entrevista mucho más calmados pero con ese aire de “Vamos a terminar rapidito, que tenemos los smartphones al rojo vivo”. Y así fue la cosa, una negativa detrás de otra. Que no duran poco los guitarras solistas en Antrhax, que no, que tampoco, que menos aún, hasta que llegó un comentario clave para lo que vendría después. “Es la primera vez que tocamos aquí en esta zona”… y estando hasta los mismos webs de pues no, no me pude reprimir y le solté un “I’M SORRY, IS NOT TRUE!”.
No hablo inglés y por lo tanto echamos de mediador. Scott tiene malas pulgas ante las negativas -seguramente por eso duran poco los guitarras en Antrax- pero quien me conoce sabe que no reculo si se que tengo razón y siempre juego con las cartas marcadas. Después de 10 minutos donde entre otras perlas me dijo que “Tu no puedes saber mejor que yo donde he tocado” saqué mi As de la manga y le dije “Mira esta foto en mi smartphone. Antrhax clásicos con Danny en Xativa teloneando a Ronnie James Dio”.
“OH MY GOD! IT’S REALLY” Jamás una expresión así me abrió tantas puertas. Todo cambió, todo fueron risas, buena actitud e incluso dejarse hacer fotos para una portada de EMP LIVE MAGAZINE. 15 minutos intensos donde tuve a mi entera disposición a dos de mis grandes mitos de adolescencia y una de mis bandas favoritas. Y es que no hay nada como darle a estos megastars una dosis de “NO RAZON DIVINA” para que se sientan otra vez mortales.
15 días después de publicar la foto recibí un mensaje de alguien de su agencia dándome la enhorabuena por haber conseguido que Joey (el del pelo largo) saliera por fin en una foto con cara diabólica. No creo que fuera obra mía, sino su manera de decirme “por fin alguien ha puesto a este en el sitio”.
Un año después nos volvimos a encontrar los 3 en un festival y puedo decir que no se habían olvidado de aquel día y su actitud fue tan amigable como fue la primera hostil.